Conmemoración Fanny Sandoval

Conmemoración Fanny Sandoval

Hace 3 décadas, en el año 1994, Fanny Sandoval inició su labor como Secretaria en Fonsabana. Convirtiéndose en una de las personas más representativas y conocidas del Fondo.

Hoy queremos celebrar y homenajear esa labor de tantos años con una entrevista, en donde exploraremos su trayectoria, los momentos más memorables y las lecciones aprendidas en este viaje. Acompáñenos a conocer más sobre la historia de Fanny y su y su contribución a Fonsabana.

Abrimos la entrevista con un saludo corta hielos, y una charla espontánea donde conversamos sobre su familia e historia, hasta iniciar con el tema grueso de esto…

¿Cuál es su nombre completo?
Luz Fanny Sandoval Granados

Confírmenos que efectivamente sean 30 años de servicio ¿Hace cuánto inició a trabajar en Fonsabana?
Entré el 30 de Septiembre de 1994, fue un día jueves. A la misma hora de ingreso de hoy en día, a las 8 de la mañana. Estábamos en Quinta Camacho.

Estábamos en Coopsabana, tenía 28 años cuando empecé a trabajar aquí.

¿Cómo fue ese primer día de trabajo? ¿Qué recuerdos hay de este día?
Llegué a la hora de ingreso normal y me presentaron a mis compañeros, solo eran 2 personas. Después, el jefe me llamó y me pidió que necesitaba que fuera al Seguro Social pra desvincular las personas que estaban antes.
Me fui al seguro social que quedaba en l 68 con caracas, un edificio blanco grande. Esa diligencia me tomó todo el día, por la fila tan larga, salí como hasta las 3 de la tarde pasadas.

A lo largo de estos 30 años, ¿cuál ha sido el mayor logro del que se sienta más orgullosa?
Con las jefes que me apoyaron y mis ganas de aprender, estudié secretariado en el SENA, con la Universidad, y todos los cursos que habían de secretariado lo realicé, con el permiso que me daba mi jefe pues a veces coincidía con jornada laboral. El curso de secretariado era todos los sábados, el que duró, si no estoy mal, 2 años.

Cuéntenos en 1 anécdota cómo has visto evolucionar a Fonsabana desde que empezaste.
Existió durante mucho tiempo un libro gordo donde estaba consignado el historial y datos del asociado, a ese libro le llamábamos libro gordo de petete. Cuando llegaba la persona, nos daba el número de cédula y con una regla buscábamos entre todos los apellidos en orden alfabético para poder dar la información que se requería. Esos datos consignados en el libro estaban impresos en lo que se llamaba impresora de punto. El tema era que ese libro pesaba y debíamos llevarlo de un lado a otro para poder dar los datos solicitados a los asociados.
Ahora es muy fácil, ha evolucionado a simplemente buscar número de cédula en sistema y ya tenemos todos los datos del asociados en sistema.

¿Cuál ha sido el cambio más desafiante que ha enfrentado durante su tiempo aquí?… ¿Cómo lo superaste?
Sin duda, tenerme que adaptar a las migraciones de sistema, y volver a empezar de nuevo en cada cambio. Con el miedo de ingresar los datos erróneamente de los asociados. Sin mal no recuerdo, pasamos por 5 cambios de sistema para consulta de los asociados, y eso significaba un desafío constante.

¿Hay alguna anécdota divertida o memorable que te gustaría compartir en Fonsabana?
Un día estábamos en feria, y yo estaba apoyando el área de crédito. En un momento llegó una asociada pra solicitar un crédito por su compra; ella necesitaba un codeudor, entonces se le indicó. La asociada venía con un muchacho y yo le dije no se preocupe, su hijo puede servirle de codeudor. Ella de inmediato me hace una cara de disgusto terrible y me dijo señora él no es mi hijo es mi esposo. En ese momento le ofrecí disculpas y quería que me tragara la tierra, porque ella se sintió mal por mi comentario y yo me sentí mal por decirle que era su hijo.
Ahora esta anécdota es chistosa, pero antes me moría de la pena.

¿Qué consejo le darías a nosotros, los nuevos empleados que comenzamos en el mundo laboral?
Pienso que uno debe hacer las cosas bien, siempre. Estar muy preparado laboralmente y personalmente, para dar lo mejor de sí mismo y tomar lo mejor de las personas. El trabajo es donde uno comparte más, es como una segunda casa. Es necesario tener una convivencia sana con todos, porque al final así sea para la cosa más mínima uno no puede ser autosuficiente.

¿Qué esperas para tu futuro en los próximo años? y qué te llevas de Fonsabana?
Yo espero poder comprar mi casa. Antes hubo otras prioridades en mi familia. Pero ahora sí puedo concentrar esfuerzos y ahorros en esta meta y tratar de vivir los años que me quedan en armonía y disfrutar de cada momento.
En mi corazón tengo agradecimiento, primero con Dios y también con mis jefes y compañeros en Fonsabana, porque cada uno me ha dejado una enseñanza. Acá llevo 30 años y se siente una unión como de familia. En el trabajo hay mucha solidaridad y cuando remamos hacia el mismo lado las cosas salen bien.
Llegará el momento en que a uno le toque irse y extrañar cosas del día a día en el Fondo.

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